Argentina, pintada por Messi y terminada por Julián Álvarez, ya espera en la final mundialista. Croacia sucumbió pronto ante un rival que jugó su mejor partido. Una Albiceleste conjurada para por fin llevar a Messi al paraíso. Y bien que el propio Messi le ha abierto el camino. En semifinales, su quinto gol del torneo y una asistencia messiánica o maradoniana, como se quiera, a Julián Álvarez para su segundo bingo de la tarde. La jornada se cerró con la merecidísima y honorífica despedida a Modric, a la espera del partido por el tercer puesto el sábado y de una sesión continua de Leo el domingo.Fue Croacia, tan capaz de jugar a que no se juegue, paciente como pocas. Estaba tibio el partido, , cuando un pase al horizonte de Paredes milimetrico le llegó Julián Álvarez, Lovren, central croata, no lo puedo agarrar, y Livakovic atropelló al joven delantero del City., penaly gol del "maestro".El rosarino no le dio opción: encañonó la zurda y le rompió la red a la altura de la escuadra izquierda del croata. Una zurda, la prodigiosa de Messi, que minutos antes parecía inquietar al 10, toca que se toca la zona posterior, con gestos apesadumbrados.fue el mismo Messi quién logró firmar en el 3-0 una de aquellas jugadas por las que será recordado, siendo Julián Álvarez quien más lo celebrara por ser protagonista de semejante momento. El abrazo del diez tuvo el sentido de la bendición eterna. A Messi le queda un último paso. Una final que nada tendrá que ver con la revancha de Brasil 2014, sino con la conquista de una vida.