En ocasiones anteriores, Emiliano ‘Dibu’ Martínez había revelado que no suele seguir un plan para ser un gran atajador de penales, una característica que lo convirtió en un jugador clave para que Argentina lograra el título de campeón del mundo. Sin embargo, un especialista fue más allá y descifró los “juegos mentales” que el arquero de la albiceleste lució durante Qatar 2022.El profesor de la Norwegian School of Sport Sciences, Geir Jordet, ya había puesto en la mira al arquero argentino desde hace tiempo. Ahora, con su destacada participación en la final de la Copa Mundial, detalló el papel de Dibu en la definición del monarca del fútbol: “Argentina es campeona del mundo tras una clase magistral en la tanda de penales. En el centro de su actuación, están los juegos mentales del arquero Emi Martínez”, publicó en su cuenta de Twitter @GeirJordet.Uno por uno, analizó los tiros desde los 11 pasos hacia los tres palos protegidos por el arquero nacido en Mar del Plata: “Martínez preparó el escenario y se adueñó del área penal desde el principio”, explicó el especialista en psicología del deporte.Jordet destacó además cómo Dibu saludó a los tiradores rivales cuando estos se disponían a cobrar su turno: “Puede ser cálido y encantador al principio, lo que hace que las personas bajen la guardia, dejándolas más vulnerables cuando ataca más tarde. Esta ambigüedad es en sí misma abusiva y parte de su estrategia”.Uno de los trucos sencillos, pero poderosos, es instar al árbitro a que revise la correcta posición de la pelota antes de que el rival dispare. En el partido del domingo, el arquero habría probado esto en el turno de Kylian Mbappé y Kingsley Coman, algo que la autoridad aceptó y que completó la maniobra de distracción.Aunque el primer disparo de Mbappé entró sin problema a las redes, fue en el turno de Coman que su estrategia dio frutos y logró detener el tiro a la izquierda. ”Los arqueros rara vez celebran a lo grande después de las paradas de penal. Martínez es una excepción”, señaló el experto.En su hilo explicativo de la actuación del argentino, el académico noruego detalló lo que hay detrás de este momento efusivo: “Las investigaciones muestran que las celebraciones grandes e intensas indican confianza, dominio y superioridad, lo que afecta positivamente a los compañeros de equipo y negativamente a los oponentes”.Entre lo más comentado por aficionados y analistas fue el momento en el que Tchouaméni se dispuso a patear. Ahí el Dibu se apropió del balón mientras instaba a la afición argentina a hacer ruido en el estadio. El árbitro y el centrocampista francés esperaron a que termine su acto, pero cuando eso sucedió vieron que había pateado la pelota por un lado, lo que agregó otro elemento de desconcentración. “Sin sanciones del árbitro. Esto les dice a todos quién manda”.Además de ser habilidoso con los rivales, Martínez también tuvo la visión de impedir que su contraparte hiciera algo similar con los jugadores argentinos, de manera que cuando le tocaba dejar el arco, tomaba la pelota y se las entregaba en manos a sus compañeros. “Proactivo y eficaz”, calificó el experto. “Los juegos mentales de Emi Martinez son grandes, impredecibles y calculados. Es el Maquiavelo del fútbol y ha estimulado a otros a copiarlo y crear contraataques en su contra”, concluyó el observador en su publicación de Twitter. “Con esta exhibición en el escenario más grande del mundo, tengo curiosidad por ver cómo evolucionará en el futuro”.